jueves, 2 de junio de 2011

Once

-No me convencerás- Dije mirándolo
-¿Cuanto te pones?
-¿Me estas desafiando?
El solo rió y me besó:
-Te amo.
-Yo te amo más.
-Vente por favor- suplicó como un niño pequeño,con cara de cachorro y a eso me costaba resistirme.
-No lo hagas mas difícil,Dan-le dije cerrando fuerte los ojos para no verlo.
-Vale- noté como me cargaba en su hombro y cuando abrí los ojos me di cuenta de que mi querido novio me llevaba como un saco de patatas.
Por toda las escaleras se escuchaban mis gritos. Cuando llegamos abajo, escuché a todos hablar
-Dan,suéltame,¡Ya!-Daniel pasaba de mi.
Me sacá de casa y me metió en el coche. Cuando yo quise abrir le había echado el seguro antibebes
-Daniel, por dios, esto es ridículo, abre ya
Por mas que suplicaba,Daniel no me hacia caso.
Entró en el coche por la puerta delantera y hecho el seguro de la puerta.
-Dan, por dios, dejame salir ya, no quiero ir.
Él no me dirigió la palabra y sonriendo arranco el coche. Llegamos a un parque a unos kilómetros de nuestra casa. Dan abrió la puerta, pero yo me agazapé en el lado contrario del coche.
Él, sin parar de reír, me agarró de un pie como el día del hospital y me tiro hacia fuera del coche como aquella noche.
Me volvió a echar a su hombro y yo no paraba de gritar.
-¡Suéltame!
El sonriendo emprendió camino.
-¡¡Daniel, por dios, no lo repito, suéltame de una santa vez!!
Él me bajó de su hombro y me sentó en una mesita con bancos.
-Ya llegamos,princesa-me dijo

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