miércoles, 4 de mayo de 2011

Siete

Eso no me sentó nada bien, se enfadó por una tontería. Me tumbé y me quedé dormida.
A la mañana siguiente desperté con mucho dolor en el pie. Bajé con mucha dificultad las escaleras y aunque el medico me había dicho que tuviera reposo, eso no iba conmigo.
Cuando llegué al comedor no había nadie y al sentarme en una silla, vi encima de la mesa un papel. Cuando lo leí me di cuenta de que era una nota:
Querida Bea:
Bea hemos salido al cine. Dan no nos dijo porque vino ayer tan enfadado.
No te hemos querido despertar. Daniel dice que estabas tan linda que daba pena hacerlo.
Esperamos que esto no te moleste, dice Dan que tengas reposo y que ni se te ocurra hacer esfuerzos que te conoce.
Ahora te digo yo que no vayas a salir con la bici, patines, correr o algo por el estilo.
En el salón tienes las películas de Harry Potter, así que puedes ver eso ¿Vale?
Tienes la comida congelada
Como se que vas a pasar de lo que te diga, llegaremos a las tres.
Cuidado con el pie
Te quiere mucho
Triana
Mire el reloj, eran las 11 y media.
Subí a mi cuarto y cogí el ordenador. Después de 1 hora con el ordenador, bajé al porche.
Empecé a pensar en muchas cosas: La crisis, Dan, los estudios, Dan y las vacaciones.
No supe cuanto tiempo estuve, solo se que empecé a escuchar risas y cuando giré la cara vi que los chicos venían, pero vi que Dan venia con Bonnie en brazos.
Eso me sentó fatal. Enfadada y para descargar mi furia me puse a hacer el pino, algo muy irresponsable de mi parte, ya que el tobillo me dolía como los mil demonios, pero eso ahora no me importaba, debía de bajar la furia como fuera, hasta que me caí de espaldas y me hice daño.
Entonces las risas pararon y Dan vino corriendo a recogerme.
-¿No te dije que no hicieras esfuerzos y que tuvieras reposo?-Preguntó reprochadoramente.
-Si me lo dijiste, pero no voy a guardar reposo- le contesté. Él me intentó coger en brazos, pero yo no lo dejé. Me puse de pie sola y entré a la casa dejando a todo el mundo helado.
Subí con un poco de dificultad a mi habitación. Cuando lo hice, me tiré en la cama con furia y ahogué un grito de desesperación en la almohada.
Escuché que alguien entraba en la habitación y cerraba la puerta de un portazo.
Cuando retiré la almohada de mi cara, vi a Triana con esa cara con la que nadie la quiere ver. Estaba igual o más furiosa que yo, no dije nada si no me ganaría un gran grito y me dolía mucho la cabeza a causa del golpe. Como vi que no hablaba decidí hablar yo, ganarme el grito, luego un perdón y por último un helado.
-¿Que quieres?-pregunté con voz monótona.
-¿QUE QUIERO? ¿POR QUE TE HAS COMPORTADO ASI,COMO UNA NIÑA MALCRIADA?-yo ya me estaba hartando de ese estúpido mote que me ponía todo el mundo, no soy una niña malcriada.
-No me he portado como una niña malcriada-le dije reprochadoramente.
-¡Si te estas portando como una niña malcriada!¿¡Que te ha dado para decirle eso a Daniel allá fuera!?
-A TI NO TE IMPORTAN MIS PROBLEMAS, TRIANA.
-ERES MI AMIGA, SI ME IMPORTAN.
-PUES NO SON TUYOS, ASI QUE NO TE METAS MAS- Salí de la habitación como alma que lleva el diablo, bajé los escalones en dos en dos, crucé el salón sin dirigirle la palabra a nadie y salí a la calle rápidamente.
Me llevé dos horas andando hasta que me paré en un parquecito. Ya era de noche y sinceramente, me había perdido, no sabia donde estaba mi casa.
Me senté en un columpio y me balancee suavemente pensando en muchas cosas y en lo mal que le había hablado a Triana, pero era verdad, son mis problemas, no los suyos.
Note que alguien se ponía enfrente mía y al levantar la vista vi a…

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